El amor apasionado de Dios - a podcast by PODCAST MDC Dios te quiere
from 2020-09-21T03:00
Parecen dos verdades incompatibles. La primera es la inmutabilidad divina:
Dios no cambia, porque es perfecto, lo tiene todo, no necesita nada: «Toda dádiva
generosa y todo don perfecto vienen de lo alto y descienden del Padre de las luces, en
quien no hay cambio, ni sombra de mudanza» (St 1, 17).
La segunda es la paternidad amorosa de Dios, que me lleva a preguntar:
¿Pueden un padre o una madre permanecer impasibles o inmutables ante los
sufrimientos y alegrías de sus hijos?
Dejando a un lado los debates teológicos sobre el tema, creo que
obtenemos una respuesta sencilla mirando a Cristo, que es Dios. «El que me ha visto a
mí ha visto al Padre» (Jn 14, 9). Y entonces podemos decir que Dios nos ama con un
amor apasionado, con un corazón tierno; que llora, sufre y se alegra con sus hijos. Llora
por la muerte de su amigo Lázaro, y al contemplar la Jerusalén incrédula; se conmueve
ante el dolor de la mujer que ha perdido a su único hijo. Y sufre en el Huerto de
Getsemaní y en la Cruz. No, Dios no es un ser frío, duro e impasible. Dios sufre. Dios
sabe lo que es sufrir.
«Si sufres –le dice el Señor a Gabrielle Bossis–, aquí estoy para sufrir
contigo. Y soy Yo quien sufro por ti. Únete bien, todo está en la unión. Y si crees
en mi amor, te será grato sufrir. Te parecerá que Me devuelves un poco lo que
Yo te he dado. ¡Qué amable intercambio aquel en que los corazones rivalizan de
amor!».
Cuando yo sufro, Jesús, mi Dios, sufre conmigo. Cuando recibo una herida,
le duele más a Él que a mí. Cuando me envía un sufrimiento, Él no se queda ahí
mirándome impasible, como si yo no significase más que una piedra para Él. ¡Si soy su
hijo! ¿Cómo va a permanecer impasible?
Gracias, Dios mío, porque me acompañas en el sufrimiento y en la alegría.
Nunca sufro solo ni me alegro solo, ni moriré solo, porque Tú estás siempre conmigo.
Further episodes of Dios te quiere y tu no lo sabes
Further podcasts by PODCAST MDC Dios te quiere
Website of PODCAST MDC Dios te quiere