El Sacramento de la Paz - a podcast by PODCAST MDC Dios te quiere

from 2022-09-27T03:00:06

:: ::

La causa más importante de la intranquilidad es ofender gravemente a nuestro Padre Dios y no querer pedirle perdón.


El hijo pródigo, cuidando cerdos, quería alimentarse de las algarrobas… y no le eran dadas. El hambre de ese hombre significa el vacío interior de la persona que se ha alejado de Dios. Pero, cuando vuelve arrepentido, se encuentra con que su padre casi no le deja hablar, no le deja decir todas las explicaciones y disculpas que había ensayado; lo abraza y lo llena de besos, le pone el traje nuevo y el anillo de los hijos, y hace fiesta por todo lo alto.


Si nos arrepentimos, nos encontramos con el perdón y la paz, en nuestra casa, abrazados y besados por Dios, limpios, renovados, contentos.


El problema se produce cuando no confiamos en el perdón de Dios, o nos negamos a reconocer nuestros pecados o no queremos volver a casa porque preferimos cuidar cerdos: no confiamos en que nuestro Padre nos hará felices; pensamos que vivir en la casa del Padre, hacer su voluntad, será motivo de sufrimiento y amargura.


Entonces se produce un conflicto interior entre el amor y el egoísmo o la soberbia. Mientras el conflicto no se resuelve, la persona no tiene paz. Con el tiempo, puede llegar a tener una paz ficticia, conseguida a fuerza de no pensar, de no enfrentarse consigo misma. De ese modo, se enajena, huye de su propia realidad interior y se convierte en un ser ficticio.


Mientras no soluciona el conflicto interior, esa persona se enfada con facilidad ante los estímulos más nimios; se enoja por las dificultades que encuentra para seguir manteniendo su aparente bienestar mental; se exaspera ante las personas que le aconsejan rectificar. No es raro que alguien así ataque de palabra o de obra a los demás, llevando al campo de los otros la lucha que debería mantener en su propio campo.


Pero incluso esa falta de verdadera paz es una llamada de nuestro Padre Dios para que volvamos a su casa, como el dolor es una llamada de atención para que vayamos al médico.


Cuando al fin nos arrepentimos, regresamos y pedimos perdón en el sacramento de la Penitencia, y escuchamos las palabras de Cristo: “Yo te perdono…”, renacen en nuestro corazón la paz y la alegría, que nunca más querremos perder.


Señor, dame la gracia de no cerrar nunca mis ojos a mis pecados, de reconocerlos y pedirte perdón. No permitas que me deje embaucar por el diablo, el padre de la mentira, que me sugiere que en tu casa no encontraré la felicidad, sino la amargura. No es verdad. Solo Tú puedes llenar mi corazón con tu Amor. Gracias, Señor, porque cada vez que voy a pedirte perdón al sacramento de la Misericordia, escucho tus palabras: “Yo te perdono…”. Y siento que me abrazas y me llenas de besos.

Further episodes of Dios te quiere y tu no lo sabes

Further podcasts by PODCAST MDC Dios te quiere

Website of PODCAST MDC Dios te quiere