Dios Nos Llamaba Para Que Les Anunciásemos El Evangelio - a podcast by EstudioEn15

Esta semana estamos estudiando los capítulos 16-21 de Hechos en el capítulo titulado “Dios nos llamaba para que les anunciásemos el evangelio” en el manual de "Ven, Sígueme". A través del ejemplo de Pablo y Silas, aprendemos cómo permanecer fieles a Dios en nuestras adversidades. También aprendemos que la persecución siempre sigue al éxito. Finalmente, hablamos sobre cómo algunas veces no podemos entender o incluso reconocer lo que Dios está haciendo con nuestras vidas, y cómo podemos aprender a conocerlo mejor.

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Notas:

"Tu éxito y felicidad, tanto ahora como en las eternidades, dependen en gran medida de cómo respondes a las dificultades de la vida... A pesar de que algunas de tus respuestas a la adversidad podrían ser diferentes, una respuesta deberá ser constante: tu confianza en nuestro Padre Celestial y en Jesucristo. El profeta Alma enseñó [en Alma 36:3]: ‘Quienes pongan su confianza en Dios serán sostenidos en sus tribulaciones, y sus dificultades y aflicciones, y serán enaltecidos en el postrer día’” (Leales A La Fe, “Adversidad”)

"Si ustedes no están siendo perseguidos diariamente, no están haciendo su trabajo muy bien ... Fortaleced a nuestra gente. El adversario es un insomnio incorregible. El nunca duerme.” (President Russell M. Nelson, General Conference Leadership Training, April 4, 2019)

“Desde la antigüedad, los discípulos de Cristo a menudo han sido perseguidos. El apóstol Pedro dijo: ‘… gozaos en que [sois] participantes de las aflicciones de Cristo’. Los primeros santos estaban 'gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre.’ Recuerden, el Señor trabaja de forma misteriosa. Puede ser que debido a que usted respondió a su rechazo en forma semejante a la de Cristo, se suavice un corazón endurecido.” (Dieter F. Uchtdorf, “La obra misional: Compartir lo que guardan en el corazón,” Conferencia General, Abril 2019)

“A menudo, la respuesta a nuestra oración no viene cuando estamos de rodillas sino cuando estamos de pie sirviendo al Señor y a quienes están a nuestro alrededor. Los actos de servicio desinteresado y la consagración purifican nuestro espíritu, quitan las escamas de nuestros ojos espirituales y abren las ventanas de los cielos. Al convertirnos en la respuesta a la oración de alguien, con frecuencia hallamos la respuesta a la nuestra.” (Dieter F. Uchtdorf, “A la espera en el camino a Damasco”, Conferencia General, Abril 2011)

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