El cantero (Infantil) - a podcast by Juan Betancur

from 2020-05-12T17:00

:: ::

Había una vez en el Japón un pobre hombre, simple obrero en las canteras de piedra. Su tarea era ruda, ganaba poco y no estaba contento con su suerte. Un día se presento ante el un genio que le dijo. 

Tu has sido un hombre bueno. Por lo tanto he venido a cumplirte tus deseos hasta hacerte realmente feliz. 

—¡Oh, si pudiese yo solamente ser algún día bastante rico para reposar sobre altas esteras, envuelto en un crujiente manto de seda...! 

El genio lo escucho  y como era un buen hombre lo convirtio en un hombre rico y le permitió descansar sobre bellos tapices y dormir en bellos mantos de seda.

Un día mientras estaba en su palacio vio pasar el emperador. El emperador Iba precedido de exploradores a pie y a caballo, y seguido de una brillante escolta de caballeros y rodeado de gentes que sostenían sobre su cabeza un parasol resplandeciente de dorados. 

—¿De qué me sirve ser rico, murmuró el rico cantero, si no tengo derecho de salir con una escolta y proteger mi cabeza con un parasol de oro? ¿Por qué no soy emperador?

—Lo serás—dijo el genio. 

Y en efecto, días después fue nombrado emperador. Llevaba una escolta de caballeros delante y detrás de sí, y gentes que sostenían sobre su cabeza un gran parasol de oro. 

El Sol, sin embargo, desecaba las campiñas con sus ardientes rayos, y el polvoso camino reflejaba su brillo y lastimaba sus ojos. 

Y el rico cantero convertido en emperador dijo. Que valor tiene ser un emperador, si el sol te lastima con sus rayos. Quisiera ser un sol. 

—Mira, ¿estás contento?—le dijo el genio después de convertirlo en el Sol. 

Aquel Sol lanzaba sus rayos a derecha e izquierda, por todos lados en torno suyo. Quemaba las hierbas de la tierra y la faz de los príncipes de ella. 

Con todo, una nube vino a interponerse entre él y la Tierra, rechazando sus rayos e impidiendo que llegasen a ésta. 

—ahora el rico cantero anteriormente emperador y ahora convertido en slo dijo—¿conque una nube es, pues, capaz de resistir mi poder? Entonces, más valía ser nube. 

—¡Que sea!—dijo el genio. 

Y la transformación se operó inmediatamente, y la nueva nube se coló altiva entre el Sol y la Tierra y se complació en interceptar sus rayos, de modo que la tierra reverdecía a su sombra. 

Después el cantero ahora convertido en nube hizo caer algunas gotas de agua sobre los campos y luego aguaceros y trombas, de tal modo, que los torrentes se desbordaron y los ríos se esparcieron en las campiñas y las devastaron. Ya nada resistía a la fuerza de la inundación creada por el cantero nube; sólo una roca, perfectamente inmóvil, la dominaba. En vano los torrentes mugidores la azotaban con furor, la roca no se movía, y las olas espumosas morían a sus pies. 

Entonces dijo la nube: 

—Si una roca me impone la ley, más valía estar en su lugar. 

—Vas a estarlo— le dijo el genio. 

Y he allí a la nube transformada en roca dura, inquebrantable, insensible a los rayos del Sol, indiferente a los torrentes de las lluvias y al choque de las olas tumultuosas. 

Sin embargo, distingue a sus pies a un hombre de pobre apariencia, mal vestido, pero armado de una pica y un martillo; y aquel hombre, por medio de sus instrumentos, le quita, golpe a golpe, gruesos trozos de piedra, que labra en seguida. 

—¿Qué es esto?—exclamó la roca. —¿Tiene un hombre poder para arrancar trozos de piedra de mi seno? ¿Sería yo más débil que él? Entonces, es de todo punto preciso que vuelva a ser hombre. 

—Que se haga tu voluntad—dijo el genio. 

Y volvió a ser, como antes, un simple obrero en las canteras. Su tarea era ruda, ganaba poco; pero finalmente comprendio que la felicidad estaba en ser quien debía ser y no tratar de ser otros. 

 

Further episodes of Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda

Further podcasts by Juan Betancur

Website of Juan Betancur