El guaraná (leyenda del brazil) - a podcast by Juan Betancur

from 2020-03-27T15:00

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Habia una vez Una pareja de indios perteneciente a la tribu Maués en el brazil que , vivíeron  juntos durante muchos años. Ellos eran my aprecia dos dentro  dentro de su tribu y trabajaron duro para el bienestar de todos.

Pero tuvieron una gran desdicha, no podían tener niños. El gran dios Tupã el gran dios, se compadeció de ellos y les dio un hijo hermoso. Su regalo hizo la pareja aún más feliz y más respetados aun ya que contaban con un hijo. El tiempo pasó rápidamente y el niño creció siendo hermoso, generoso y bueno y llegó a ser uno de los mejores jóvenes en la tribu. Era fuerte y listo, bueno con el arco y la flecha y mejor rastreador. Era admirado por todo porque el corazón estaba repleto de la buena voluntad. Cuándo él no padre no estaba se dedicaba a aprender los secretos de la selva y a ayudarle a lamadere con las tareas diarias.

 

Cuando era mas grande le ayudaba a su padre a cazar y pescar, aunque él no quisiera matar animales excepto  cuando la tribu requira alimento. Aprendió casi todo acerca de la selva de Amazonas. Los miembros de su tribu juraban  que él podría hablar a los monos, cantar con los pájaros del bosque e incluso engañar las serpientes. Supo todos los hábitos de los animales mejor que cualquier otro. Había sólo una cosa que nunca aprendió: nunca aprendió acerca de Jurupari, el espíritu malo que estaba en el corazón de la selva. De hecho, él no podría aprender mucho acerca de Jurupari porque los ancianos creyeron  que él era  todavía demasiado joven oír tales cuentos terribles. 

 

Sin embargo Jurupari el dios de inframundo o el dios de la oscuridad, sentía una gran envidia del niño y de la paz y felicidad que transmitía, por lo que decidió segar aquella vida en flor.

 

Un día, el niño fue a recoger  frutos al campo y Jurupari aprovechó la ocasión para consumar su venganza. Se transformó en una serpiente venenosa y lentamente se acerco al niño y sin que este se percatara de su presencia lo mordió causándole la muerte instantáneamente.

 

Los padres del niño, esperaron que su hijo volviera a casa, pero esto nunca sucedió. Llegó la noche y la luna comenzó a brillar en el cielo, pero el niño no llegaba, los desesperados padres pidieron  el apoyo de toda la tribu para ir a buscar al niño. Después de tanto buscarlo, lo encontraron en el bosque y una gran tristeza cayo sobre la tribu. pero cuentas los viejos que ese momento, hicieron eco los truenos y fuertes relámpagos cayeron en la aldea y un rayo cayo a los pies del cuerpo del muchacho.  La madre, que lloraba desesperadamente, entendió que los truenos eran un mensaje de Tupá, diciéndole que debería plantar los ojos del niño, la madre retiro con mucho cuidado los ojos de su hijo muerto y bajo la lluvia llego al cerco y abriendo un hueco enterro los ojos. Semanas después comenzó a salir de aquel huerto una par de plantas  que la tribu no conocía. Del ojo izquierdo nacio una planta débil que los indios llaman Waranahop y que es considerada el falso guarana y del ojo derecho nacio el verdadero 

guaraná, una nueva planta que daría sabrosos frutos, cuyas semillas son negras, cada una con un anillo alrededor, imitando los ojos humanos. Esa planta trajo el progreso de la tribu debido al abundante comercio. Y como confirman los sabios, fortalece a los jóvenes y revigoriza a los mayores. 

 



 

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