El Hyakki Yak? (leyenda japonesa) - a podcast by Juan Betancur

from 2020-03-25T23:00

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Había una vez una un templo cerca de la ciudad de Kioto en japon que había sido habitado por un grupo de monjes durante muchos anos. Cuenta la leyenda que un día una banda de ladrones entraron en el templo y mataron a todos los monjes. Pese a que otros monjes quisieron reocupar dicho templo, sus intentos fueron vanos ya que se decía que un grupo de fantasmas habitaban el templo y causaban terrible sufrimiento a quienes osaban quedarse allí. 

El tiempo pues quedo maldito y abandonado por muchos años. Cuenta la leyenda que un día un joven monje peregrino que se encontraba por aquella zona se encontró sin donde dormir y decidió dormir en le viejo templo para resguardarse de una tormenta que se acercaba sin percatarse de su leyenda y misterio. 

 

Durante la noche el monje pegregrino se recluyo en una habitación pequeña y en buen estado y se apresuro a cenar su cuenco de arroz. Satisfecho y cansado se echo a dormir bajo el techo de aquel templo abandonado. 

 

 

Cuentan que A las dos de la noche lo despertó una gran algarabía de ruidos. Al acercarse al edificio principal, descubrió que en su interior,  bajo la luz tenue de la luna, se habían reunido decenas de espectros y duendes, de las formas más diversas, que reían, jugaban y danzaban.Se trataba del Hyakki Yak?, la manifestación de cientos de fantasmas y espiritus que según la tradición se reunian cada cierto tiempo para recorrer en procesión los campos y las pueblos demostrándole a los vivos que ellos aun existían. Y se decía también que todos aquellos que presenciaran dicha procesión morirían o serian castigados espiritualmente por haberlos visto.

En este caso el monje peregrino, aunque asustado, no pudo evitar quedarse un rato observándolos, hasta que aparecieron otros espíritus de aspecto más grotesco y horrible, momento en el cual echó a correr de vuelta a su habitación, en donde se encerró hasta que los sonidos extraños cesaron y se hizo de día.

Esta era más o menos la historia que el peregrino, aún temblando, le relató aquella misma mañana a un comerciante de Fuchimi, y que este a su vez le contó al afamado pintor Tosa Mitsunobu unas semanas después, mientras este se hallaba de paso en la ciudad.

Esperando encontrar inspiración para un cuadro que quería pintar sobre el Hyakki Yak?,   Mitsunobu cogió sus cuadernos y sus pinturas y se dirigió hacia el templo Shozenji, dispuesto a pasar la noche en él.

Cuando llegó, el sol acababa de ponerse. Entró en la sala principal y montó guardia durante horas, sin percibir ningún ruido o visión que se saliera de lo normal, hasta que a eso de la medianoche su atención se vio atraída por una extraña luminiscencia que parecía provenir de las paredes. Comprobó con sorpresa que allí se reflejaban las figuras de algunos  duendes y espectros; era el Hyakki Yak?, reflexionó el pintor, que se manifestaba para él brillando tenebrosamente en las paredes.

A la luz de la luna, Mitsunobu se apresuró a copiar en su cuaderno las más de doscientas figuras que fueron apareciendo con el paso de la luna y el reflejo de esta sobre la habitación, cada una diferente y más grotesca que la anterior. El artista  empleó toda la noche pintando cada uno de los seres que iban apareciendo, terminando justo cuando la primera luz de la mañana irrumpió en la sala y los espectros  desaparecieron con los primeros rayos de sol..

Antes de partir, el maestro Mitsunobu, examinó por última vez las paredes. Y ya iluminadas por el luz del día descubrió que estas estaban recubiertas de grietas y musgos de diferentes colores, que daban lugar a formas caprichosas, las cuales de pronto le resultaron muy familiares. Tosa Mitsunobu emitió una sonora carcajada al comprender que aquellos eran los fantasmas que había visto durante la noche. Apenas grietas y desconchones en la pared convertidos en terribles espectros gracias al azar y a su excitada imaginación,

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