Faetón (Mito Griego) - a podcast by Juan Betancur

from 2020-05-22T17:00

:: ::

Había una vez una bella Ninfa llamada Clímene de la cual el dios Helios ,el Apolo para los romanos,  se enamoro y juntos tuvieron un hijo al que nombraron Faetón. Faeton creció bello, orgulloso  y arrogante como su padre y su madre siempre que salía el sol, le recordaba que aquel sol era conducido por su padre en un carruaje tirado por los mas bellos caballos que existian. Faeton desde temprana edad miraba a su padre tirando del carruaje dorado en que iba el sol y se sentía muy orgulloso de el. 

 

Un día Faetón ya convertido en joven, fue insultado por sus amigo Epafo, el cual le dijo que su madre le había mentido y que Apolo no era en realidad su padre. Faeton adolorido y avergonzado por las palabras de su amigo corrió donde su madre y le conto el insulto que le habían hecho ya que habían dudado del honor de su madre.

 

La madre consiente que ya su hijo era lo suficientemente grande para conocer a su padre lo envió al monte olimpo donde su padre lo recibiría. Helios lo recibió y Faeton directamente le preguntó si el era su padre. Helios le contestó que ciertamente el lo era y que para probarlo le daría lo que el quisiera.

 

Faeton que había visto a su padre encumbrarse todos los días en el cielo, le dijo que lo dejara conducir el carruaje solar. Helios le dijo 

 

El carruaje solar. Eso es muy peligroso. Eres demasiado joven y solo yo puedo dominar el brío y el ímpetu de mis caballos. Ademas la bóveda celeste esta llena de monstruos que tratan permanentemente de hacerte daño. 

 

Estan los cuernos de tauro, El arquero sagitario listo para hacerte caer con una de sus flechas, el Leon dispuesto a devorarte, El cruel escorpión y las peligrosas pinzas de el cangrejo. Todos los días tengo que evitar todos estos peligros. 

Pideme cualquier otra cosa y te la daré. 

 

Faeton insistió y le recordó que el le había prometido que le daría cualquier cosa que él pidera. Pues manejar el carruaje solar era su deseo. Apolo que quería mucho a su hijo y le había hecho la promesa finalmente aceptó.

 

Al siguiente día, antes de que las estrellas se ocultaran, se presento ante su padre en el olimpo y este lo llevo a su carruaje dorado. Y le dijo. 

 

Ten cuidado con el carruaje ya que fue un regalo del Dios  Hefesto,  el mas hábil herrero y orfebre. Te montaras en el y tomaras en tus manos las riendas de mis briosos corceles. Recuerda seguir la ruta sin subir mucho o bajar, porque el fuego del carruaje afecta profundamente la vida de los seres en la tierra. Y nunca por ningún motivo sueltes las riendas. 

 

Faeton, como todo muchacho lleno de orgullo y altivez, no quiso oir a su padre y pensaba que no requería de ninguna instrucción y presuroso monto en el carruaje solar. 

 

El muchacho no podía aguantar más el gozo e impaciente decidió azotar los caballos con el látigo y los caballos sintieron que alguien que no era Helios los estaba fustigando y desde el inicio se desbocaron. El muchacho sintió como el brio de los caballos superaba su capacidad de control con las riendas y desoyendo a su padre soltó las solto dando la oportunidad a los caballos de correr sin ningún control.

 

 

Inicialmente subieron y subieron hasta mas alla de lo que usualmente hacían llegando hasta el universo y allí con el fuego y calor del carruaje solar quemaron la bóveda celeste formando una cicatriz que hoy llamamos la via láctea y que aun podemos observar durante la noche. Luego con el carruaje en llamas bajaron hasta la tierra y quemaron la vegetación de la parte norte del africa produciendo lo que hoy conocemos como el desierto del Sahara. El gran mar que anteriormente existía entre europa y el africa se redujo en tamaño hasta hacerlo del tamaño actual del mediterraneo y multiples ríos desaparecieron de la faz

Further episodes of Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda

Further podcasts by Juan Betancur

Website of Juan Betancur