Domingo 9 de agosto: HIJOS DE DIOS (1 Juan 3:1) - a podcast by Escuela Sabatica Adultos

from 2009-08-10T16:15:10

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Lee 1 Juan 3:1. ¿Qué maravillosa promesa se encuentra aquí? ¿Qué acarrea esta promesa? ¿Qué esperanza debería darnos? Ver también Juan 1:12; 1 Juan 2:29; 3:9.
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En 1 Juan 3:1 se señala un nacimiento espiritual; Juan 1:12 enfatiza la fe en Cristo, por la cual llegamos a ser hijos de Dios. En 1 Juan 3:1 se enfatiza que los creyentes ya son hijos de Dios. Dios ha tomado la iniciativa de hacer esto en nuestro favor. El nuevo nacimiento es obra de Dios, no nuestra. No podemos producir nuestro propio nacimiento ni nuestra adopción como hijos de Dios. Además, no necesitamos preocuparnos acerca de nuestro estatus como hijos de Dios mientras mantengamos nuestra relación con él. Esta relación se describe como la de un padre con su hijo; de este modo, es muy estrecha. El padre ideal nos cuida, nos ama y daría su vida por nosotros.

Detente y medita sobre las implicaciones de la promesa de que somos hijos de Dios. Según los últimos cálculos, hay más de cuatrocientos mil millones de galaxias visibles en el universo, cada una de las cuales contiene miles de millones de estrellas. ¿Quién sabe cuántos planetas hay entre esas estrellas y cuántos estarán habitados por vida inteligente? Dado el tamaño del universo en contraste con nuestro planeta, mucho más en contraste con cada uno de nosotros individualmente, ¿cómo no estaremos asombrados de que Dios, que creó todo, nos ame y nos haya hecho sus hijos? ¡Qué perspectiva maravillosa debe darnos esto acerca de lo que significa nuestra vida! Qué esperanza, qué certeza, qué confianza debemos tener para el futuro, independientemente de las circunstancias difíciles que podamos afrontar ahora. Dios, el Creador de todo lo que existe, nos ama, nos cuida y nos llama sus hijos. La Nueva Versión Internacional de la Biblia traduce 1 Juan 3:1 en forma libre, pero capta su significado muy bien, cuando dice que el Padre derramó su gran amor sobre nosotros.

Medita en las implicaciones del concepto de que Dios no solo existe, sino también nos ama, se interesa por nosotros y aun murió por nosotros. ¿De qué modo esta realidad debería impactar la forma en que vivimos? ¿Por qué debería impactarla?

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