Esa luz incierta que me pertenece de Alena Collar - a podcast by Pepa Mas Gisbert

from 2016-01-12T17:43:56

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Poema de Alena Collar en la voz de Pepa Mas Gisbert

Esa luz incierta que me pertenece.

Siempre regreso a las hojas secas, por si vuelves con ellas.

Y en la playa que olvidaron todos se detuvo mi fotografía como en alianza.

Y fueron los años entre la sangre quien me perdió los retornos.

Ciudades innombrables para geografías ocultas.
Mapas sin destinatario.
Círculos vacisombríos.

Hasta que un vendaval de miradas dejó entre mis labios la aurora.
Creciendo.
Latiendo
Altiva serenidad de lo fatal.

Esa luz como un esplendor de vertical asombro. Solar. Naranja en abertura de gajo.
Morderla y no:
Era también mentira la caída de los dioses entonces.

Y así ascender hacia la mañana y poder escribir tu nombre en la arena.
Sin que las murallas detengan mi paso hacia el mar.
Sin que las alianzas transiten hacia la sangre.
Sin que los paladines del miedo invoquen augures.

El viento le ha regalado a mis ojos un pájaro que canta.

Y alamedas tienen caminos.
Pisadas.
Ecos.
Plazas.
Como llenar las habitaciones de alfombras donde jugar sin prisa.
O como esos niños que se asombran del esplendor del verano
cuando atardece tan lento que el rojo es nuestra sombra.
Como derramar la leche en el cántaro para la madre
y que lo recoja y sonría y asienta y nos bese.

Como despertar despacio aunque el cuerpo no despierte
y saber que allá fuera hay un día sin ser hollado
entre la certeza y el tremar de los ojos que lo quieran
y que es mío, y que es incierto, y que tirita para mí.


Siempre buscaba tu nombre en mis manos sin luna. En mis labios sin boca. En mi rostro sin espejo.

Y la palabra playa se dormía de rotos.
Como un niño que no tuviera juguetes.

Hasta que nacieron las voces quebradas
-primer nacimiento, sólo fusiles-
y alzaron preguntas como asesinatos
- segundo nacimiento, sólo navajas-


Hasta que la luz pudo más que la muerte. Más que el olvido. Más que la ausencia.

Como si expandiera arcos en ventanas abiertas.
Como beber el vino en compañía mientras sonrío.
Como mirar una hoja y saber su nombre
Como escuchar las horas en el reloj que no funciona.
Como comer el pan y saberlo bueno y saberlo blanco.


La luz que no ciega y no deslumbra
La luz de cada día como si fuera vela que me vela
La luz cotidiana desde la que me constituyo
Sabiendo que puedo decir tu nombre y llegan las palomas
Y todo está bien, y el día pasa, y la noche me acuna,
Y los años descienden sin que el dolor me acuse.

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