DIA 2 La eternidad en el bebe - a podcast by IDD Fuente de Amor

DIA 2

LA ETERNIDAD EN EL BEBE

JUAN 1: 1–5

En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Estaba con Dios al principio. Por medio de él fueron hechas todas las cosas; sin él no se hizo nada de lo que se ha hecho. En él estaba la vida, y esa vida era la luz de toda la humanidad. La luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no la vencieron.

Al comenzar esta temporada de Adviento, esperamos la Navidad, la celebración del nacimiento de Cristo. El mundo entero parece estar centrado en las vacaciones, en la comida y en lo mucho que puedo comprar. En otras ocasiones centrados en el bebé que está en el pesebre Y Pero este no es un bebé cualquiera. Por difícil que sea de entender, no olvidemos que este bebé estuvo presente desde el principio, es decir desde la eternidad pasada mucho antes de su nacimiento en esta tierra. Nada fue creado sin él, nada en los cielos, nada en la tierra, y ciertamente nosotros tampoco. “Entonces Dios dijo: 'Hagamos al hombre a nuestra imagen, a nuestra semejanza'” (Génesis 1:26, énfasis agregado).

Los secretos del tiempo, el espacio y la eternidad se encuentran en Jesús, el Hijo de Dios, nuestro Creador, nuestro Sustentador, Aquel cuya imagen llevamos. Solo en Él encontramos nuestra verdadera dignidad y propósito como personas. Él es el autor y consumador de nuestra fe, el que permanece fiel incluso cuando somos infieles. Su entrada en nuestro mundo significa que nosotros también podemos convertirnos en todo lo que Dios quiso para nosotros cuando nos creó, para que podamos llegar a ser cada vez más como su Hijo, que es "el resplandor de la gloria de Dios y la representación exacta de su ser" (Hebreos 1: 3).

ORACIÓN

Gracias, soberano Señor y Creador, por este día de comienzos y recuerdos. Gracias por hacernos a tu gloriosa imagen, por honrarnos con dignidad y propósito. Te alabamos en esta temporada de recordar quién eres realmente y cómo te has acercado a nosotros debido a tu gran amor por nosotros. Danos sabiduría mientras nos preparamos para celebrar el nacimiento del Hijo que nos enviaste. Nos regocijaremos en esta temporada de recordar, sabiendo que todo lo que has dado y hecho no siempre es simplemente bueno, sino muy bueno. Es en el nombre de Jesús que oramos. Amén.

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