Día 3- OSCURIDAD - a podcast by IDD Fuente de Amor

DIA 3

OSCURIDAD

Isaías 9:1-2

«el pueblo que habitaba en la oscuridad ha visto una gran luz; sobre los que vivían en densas tinieblas ha resplandecido una luz»

Sinceramente es poco probable que Jesús haya nacido en diciembre, por algunas razones históricas, climatológicas y demás. Sin embargo, le podemos sacar un enorme provecho en celebrarla en diciembre, hay una gran virtud en que los cristianos en occidente recuerden la natividad de Jesús en esta época del año puesto que, en gran parte del mundo, diciembre es una temporada fría, de mucha niebla y oscuridad, donde la soledad se apodera de las calles a tal punto que alguien podría perderse en medio del camino.

Esta es una realidad climática, pero más que esto también es una realidad espiritual que caracteriza el mundo. Nuestro universo vive en oscuridad, las personas viven en soledad y frialdad. Ese es el cosmos en el cual nos encontramos. La oscuridad significa que la maldad se ha apoderado de los corazones, las densas tinieblas nos revelan que ningún ser humano sabe cómo curar el mal y el sufrimiento. Esta verdad lamentable no fue producto de la creación de Dios, fue fruto de la desobediencia humana por descartar el mandato divino y abrazar el consejo de la serpiente.  Solo Dios tiene que hacerse hombre en la persona de Jesús para traer luz y disipar las tinieblas

“Navidad contiene muchas verdades espirituales, pero será difícil captar las otras si no captamos esta primero. Es decir, que el mundo es un lugar oscuro y nunca encontraremos el camino o veremos la realidad a menos que Jesús sea nuestra luz.” (KELLER)

Oración:

Señor de toda la creación, me postro ante ti reconociendo que mi más profunda necesidad es ser liberado de la esclavitud del mal que me ha atrapado a causa de mi propio pecado. Confieso de buena gana que la salvación está más allá de mi poder. Gracias por negarte a dejarme en esta condición, eligiendo en cambio enviar a su Hijo, Jesús para traer luz a mi vida. El mal no podía adherirse a él. Él triunfó sobre el enemigo y pagó el castigo por mi pecado y el pecado de todas las personas con su muerte en la cruz. Te pido que me guíes en tus caminos y me des una comprensión más clara de las bendiciones de la obediencia y el dolor de la desobediencia para que pueda crecer en confianza y tomar los riesgos que necesito tomar para seguirte completamente. En el nombre salvador de Jesús, oro. Amén.

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