Napoleón Bonaparte en las Grandes Biografías de Zafarrancho Vilima - a podcast by Sevilla Web radio

from 2022-03-14T07:04

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Hoy os contaremos la parte más desconocida de la vida de Nabulione di Buonaparte, el dictador con nombre de bizcochito borracho típico de un pueblo italiano de 36 habitantes.

El pequeño Nabulione nació el 15 de agosto de 1769 en Córcega, justo un año después de que Francia le comprara la isla a la República de Génova. Cuando el pequeño cumplió 1 año, los corsos lucharon contra los franceses por su independencia. Vamos, que Napoleón es menos francés que la tortillita liá.

Napoleón era el 2º de los 8 hijos de Carlo “PorUnaParte” y Letizia la “Ramolino”, un matrimonio que pertenecía a la nobleza -opel- corsa y que por mucho que lo intentaban no acababan de acostumbrarse a la idiosincrasia francesa, ya que la madre obligaba a sus 8 hijos a ducharse todos los días, que eso no lo hacen ni los franceses de ahora. Lo normal en el s.XVIII era bañarse 1 vez al mes, como los adolescentes de ahora, pero sin obligarlos.

Ya de chiquitito se veía que el niño era carismático, generoso y más bronquista que los que cogen las rotondas por dentro, que pa estudiá no, pero pa pegarse no había un día que no quedara a la salida del colegio. La madre estaba tan harta que cada vez que llamaban del colegio decía que se habían equivocao y bloqueaba el número.

A los 9 años el padre les consiguió a él y a su hermano José una beca en Francia pa que se los espabilaran en la Academia Militar de Brienne. Allí estuvo con la bala del Cetme colgá al cuello hasta los 15 años. No es que lo trataran mal, pero como hablaba francés con marcado acento italiano, los compañeros se cachondeaban de él -cuenta un chiste, qué grasioso habla, a vé, di argo- aunque él consiguió ganarse el respeto debido a su carácter, sus dotes de liderazgo y a que se iba pegando hasta con el papel de los sugus.

A los 16 años estaba jurando bandera en París, con la madre mu orgullosa y mu arreglá aprovechando traje de la comunión del hermano chico. Ya titulado de oficial lo destinaron a Ceuta pero se tuvo que volver a Córcega porque su padre se dio de baja de Ciudadanos. En el tiempo que estuvo en casa dos grandes hitos ocurrieron casi al mismo tiempo:
- Los independentistas corsos seguían a tortas con los franceses y que me dejes hacer Referendum, y que no, y que te digo yo que sí. Y como Napoleón iba a una pelea más contento que a una cita del Tinder, pues acabó a guantaso libre con el Puigdemont de ellos.
- Y estalló la Revolución Francesa, en la que además de inventos chulis como la guillotina, nacieron los términos políticos de “derecha”, para los que estando a favor del rey se sentaron a ese lado, e “izquierda” para los contrarios al rey. Zafarrancho Vilima, el programa de humor que culturiza y alegra los corasone.

Así que Napoleón y su familia se mudaron a Francia donde lo pasaron más malamente que un pensionista a partir del día 15 hasta que Napoleón consiguió reincorporarse al ejército francés con el rango de capitán, que quiera que no son 200 euretes más.

Aquí ya empezó venga ganá batallas, venga ganá guerras, que no perdía ni jugando a los penaltis con su sobrino el chico. Vamos, las cosas le iban mejor que a un americano en un garaje. Y entonces conoció a Josefina, que mocita no era, porque estaba divorciada, pero que su ex tampoco iba a molestar mucho porque probó la guillotina dos años antes.

El 9 de noviembre de 1799, Napoleón fue nombrado Primer Cónsul de Francia obteniendo poderes casi dictatoriales, aunque promoviendo cosas interesantes como la tolerancia religiosa o la prioridad en la educación. Los franceses estaban más contentos que Putin con un botón rojo, hasta que al muchacho se le subió el cognac a la cabeza y acabó en Notre Dame gritando “¿Que no hay gúebo de qué?” con una corona del Burger King y nombrándose emperador de Francia.

En 1811 tuvo a Napoleoncito II. Napoleón estaba pletórico, su imperio brillaba más que las uñas de Rosalía hasta que el que mucho abarca poco aprieta e intentando invadir Rusia se le quedaron los pies como al que se le cae el calcetín durmiendo. En 1815 fue ya completamente derrotado en la batalla de Waterloo por la que fue condenado y exiliado a un islote en África.

El 5 de mayo de 1821 a las 17:49, con 51 años, Napoleón también se dio de baja de Ciudadanos, por enfermedad o por envenenamiento, no se sabe muy bien, aunque ustedes siempre podrán recordarlo cada vez se coman una tortillitá liá o se pongan una corona del Burger King.

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